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Entrevista a Enrique del Pozo: «Quiero hacer memoria histórica homosexual» febrero 25, 2011

Posted by José Manuel Serrano Cueto in Cine español, Documental, Entrevistas.
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Enrique del Pozo viene a Friki Films Blog porque, además de ser un randísimo apasionado del cine, ahora está moviendo el largo documental sobre los homosexuales perseguidos The Pink Wall (El muro rosa), que ha dirigido junto a Julián Lara y que ya se ha podido ver en algunos festivales especializados. Sobre el documental y otros asuntos nos habla en la siguiente entrevista:

¿Qué cuenta The Pink Wall (El muro rosa)?

Mi intención primera es hacer memoria histórica  homosexual sobre la España de la Dictadura, de la que no se habla ni parece que exista.  De las cárceles y campos de concentración gays que se crearon, de las torturas que se realizaban, de la cárcel social que, llegada la Democracia, tardó años en que se consiguieran unas leyes y una concienciación social que todavía encuentra enemigos. Y también el papel de la Iglesia, tanto en el pasado como en el presente, pero también introduzco una autocrítica del propio mundo gay actualmente, del desconocimiento de las lesbianas y su no visibilidad todavía hoy y el desconocimiento del precio que han tenido que pagar y siguen pagando. Quiero hablar también de cómo actualmente existen ocho países con pena de muerte por ser homosexual y cómo hay más de ochenta con penas de cárcel de más de 20 años y que la gente joven, tanto gay o hetero, sepan que no se han conseguido unas leyes fácilmente, pero que hay jóvenes que son torturados socialmente cuando hacen pública su homosexualidad, que no solo se les humilla y tortura psicológicamente, sino que muchos de ellos se suicidan por no poder soportar semejante presión. Por otro lado, el documental también habla, de una forma más directa, de la cantidad de muros rosas que han existido y siguen existiendo en el mundo. Sin ser frívolo, también de los armarios de Hollywood y el mundo del cine, donde se siente la presión terrible de no poder decir que eres gay  ante el pánico a ser condenado o a ser vetado  y pagar el precio de que tu trabajo no tenga la misma fluidez  que un actor y actriz heterosexual. En definitiva, el precio de los armarios del mundo del espectáculo… y, para que el público pueda ver que lo que hablo es cierto, se pueden ver las imágenes de los gays que se ahorcan en, por ejemplo, Irán.. Pero, para mí, básicamente lo importante es que los protagonistas son los propios entrevistados que cuentan sus experiencias y lo que han vivido en primera persona: Armand de Fluvia, Carla Antonelli, Pierrot, Jordi Griset, Malasya, Antonio Porveda, Antonio Castro, Milli Hernández, Boti García, Cristina Bernet…

¿Crees que levantará ampollas?

Si quisiera que levantara escándalo o ampollas, en el montaje con Wim Van Der Broeck hubiera metido declaraciones muy muy duras que me hicieron sentir un especial dolor. Tal vez en un futuro puede que salgan a la luz, pero hay un cierto sector que no quiere que se sepa lo que se cuenta o su reaccion es la de «todo eso es mentira». Pues no es mentira. Pretendo que se sepa que ser homosexual en España y en el mundo se ha pagado y se paga con un precio tan duro como la tortura y la muerte y que nada, absolutamente nada, se nos ha regalado gratuitamente… Aunque es cierto que sin la ayuda de millones de heterosexuales con actitudes muy generosas y reivindicativas de apoyo se han conseguido, pero no se sabe lo que ha sucedido en España y fuera de nuestro pais.

¿Qué problemas estás teniendo con el atrevido cartel?

La idea es mía y la ha llevado a cabo esplendidamente un excelente fotógrafo y diseñador que es Kiko Alcázar. El problema es por qué una utilización con respeto de la imagen de un Jesús , que creo que pertenece a gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y heterosexuales, provoque que se me diga: «Me gusta el documental pero cámbiame el cartel. No quiero que se me cierren puertas profesionales al distribuirlo porque ataca a la imagen de Jesús de una forma humillante. O algún medio no lo quiera publicar». Pero, ¿qué ataque?, ¿qué humillacion?… Yo y muchos como yo creemos que en el Reino de Jesús entramos todos y que ya está bien de no poder desmitificar con respeto la imagen de Jesús. Y que, en cuanto se utiliza, se crea escándalo o es por oportunismo. Sin embargo ha habido gente creyente y no,  tanto española como internacional, que nos han pedido el póster  porque han entendido el mensaje. O acaso a los gays muertos y torturados en los campos de concetración o a los que se matan hoy en día no les pertence Jesús.

¿Se te está tomando en serio dentro del mundillo cinematográfico?

Mira, es el documental el que tiene que ganarse el respeto cuando se vea y el público es el que decide si les gusta o no  Es demasiado pronto para que yo pueda contestarte a esa pregunta.  En las dos proyecciones que se han hecho, el público lo ha recibido con agradecimiento y positivamente, pero es lógica tu pregunta… Al grano… lo que quieres decir es:  ¿cómo es posible que Enrique del Pozo dirija y además un documental sobre este tema? No, no me lo creo y, si es así, no puede ser nada serio.. Yo también lo diría, pero, sabes una cosa, que a mí la satisfacción de haberlo hecho, la reacción de la gente, y si sirve para que se sepa lo que ha pasado, me compensa y me hace feliz. No ha nada más maravilloso que poder cumplir tus sueños y yo empiezo a cumplir uno de los míos y, gracias a los entrevistados, al montaje de Win Van der Broeck, de dirigirlo junto a Julian Lara, al que lo que le gusta es hacer cine de terror y ahora está estudiando en Los Angeles, y que sin embargo le echó cojones para hacerlo juntos, y de un productor como Anthony Toffoli, que hizo posible el que económicamente conmigo se llevara a cabo…  Mira, un proyecto o una ilusión pueden estar en manos de cualquiera. Como decía mi santa madre: «Hay reinas que son fregonas y fregonas que son reinas».

¿Volverás a dirigir?

Ya tengo preparado el próximo proyecto, pero de momento promocionar The Pink Wall (El muro rosa) y asistir a próximos festivales que están interesados. Y un orgullo poder trabajar con Festival Films, que distribuye la película, y con Alejandro Muñoz y su equipo. Para mí es uno de los mejores y los buenos consejos y colaboración de Ignasi Lamarca de Friki Films por el que tengo nada más que agradecimientos y una buena amistad.

 

¿Ese era tu sueño? ¿Querías dedicarte al cine?

Bueno, es que yo empecé como actor en el Teatro Marquina, haciendo El cartero del rey. Luego hice Equus, en el Teatro de La Comedia, y luego trabajé con Miguel Narros en La cocina, de Arnold Wesker. En cine he hecho pequeños coletazos (la foto de la derecha es de La conjura de El Escorial), pero o no se me ha dado la oportunidad o yo no he sabido introducirme. No me quejo de lo que he hecho, pero lo que no puede robarme nadie es mi pasión por el cine y mi nivel cultural cinematográfico.

Tú pasión ha sido, pues, el cine desde muy pequeño…

Tengo 52 años y cuando era niño aún existían los cines de barrio. Pasaban dos películas diarias y eran para mayores de 21 años. Desde los 8 años me ponía en la puerta del cine Samari, de Las Ventillas, aquí en Madrid, para que poder pasar, pero no me dejaban. Creo que el primer doble pase que vi fue La noche del cazador y El manantial de la doncella, entonces censurada. Me puse como un coñazo en la puerta y el acomodador me subió a la cabina y pude verlas. Así estuve varios años, yendo todos los días a ver dos películas. Así me vi, por ejemplo, Los 400 golpes, Stromboli, Umberto D, El ladrón de bicicletas… Películas maravillosas que han marcado mi cultura. Mi madre creía que me iba a jugar con los niños a la calle y lo que hacía era irme al cine. Le estoy muy agradecido a ese acomodador que arriesgaba su trabajo por dejarme entrar a la cabina del cine. Recuerdo que en aquel entonces me enamoré de Jeanne Moreau y luego he tenido oportunidad de estar con ella varias veces, una en el Instituto Francés aquí en Madrid y otra en el festival de cine de Berlín. Son las referencias de mi pasado.

Has tenido la gran suerte de conocer a mucha de la gente que has admirado.

Todos tenemos un “hobby” y el mío ha sido el cine. Tú sabes que yo tengo una colección de casi 30 000 piezas de coleccionismo con sus autógrafos. A mí la gente me dice que soy un mitómano, pero no me lo tomo a mal. No creo que sea algo enfermizo.

Tu colección comenzó con Audrey Hepburn, ¿verdad?

Sí. En aquel entonces yo venía de estar estudiando Arte Dramático y Baile en Londres, donde, por cierto, vendía salchichas para poder costearme los estudios, y aquí en Madrid hacía por la tarde Equus y por la mañana trabajaba en Iberia. Le facturé a Audrey Hepburn sus doscientos kilos de exceso de equipaje. Le pasé 190 porque no podía desaparecer las maletas. Tuvo que pagar diez kilos y no le hizo mucha gracia, me miró de una forma muy displicente, pero luego vino a darme las gracias y me firmó un autógrafo en un libro. Le dije que era actor y que teníamos una amiga en común, Lucía Bosé, y entonces me invitó a tomar un café. Ella venía de rodar Robin y Marian (1976).

 

“El señor Carlos Boyero me parece un soplapollas”

 

Bonito comienzo, sí, el de tu colección.

Es que, volviendo a tu pregunta del principio, que está muy bien que me la hagas, las apariencias engañan. En este país, por ejemplo, hay personas que alardean de saber mucho de cine, que van de grandes críticos… Por ejemplo, y me da igual decirlo, a mí el señor Carlos Boyero me parece un soplapollas, ¿vale? Algunas veces hace muy buenas críticas, pero creo que la amargura y la represión que tiene, y las fobias personales hacia determinadas personas, ejercen una dictadura que plasma muchas veces en sus textos. Yo creo que un crítico bueno es el que tiene que dejar a un lado sus fobias personales…

Pero eso de ser objetivo es muy difícil, ¿no, Enrique?

A mí en televisión hay gente que me cae muy mal, como yo caigo mal a otra mucha, pero si yo a mi enemigo, o a aquel que me cae mal, lo veo en una obra de teatro, una película o en la misma tele y lo está haciendo bien, pues digo “este tío es un gilipollas, pero lo está haciendo de maravilla”. Pero lo que no voy a hacer es utilizar mis cuestiones personales para arremeter contra ellos, como por ejemplo hizo en su momento el señor Carlos Boyero. A mí me puso a parir, y esto no es una venganza…

¿Qué te dijo?

Bueno, dijo una gilipollez. Fue por aquel pequeño cameo que hice en Historia de un beso y él escribió algo así que cómo se permitía el señor Garci contratar a un extraterrestre plumífero. Eso dijo. No sé dónde ve ese señor que yo sea un intruso, cuando he empezado en el mundo del teatro y del cine, pero, bueno, que yo le respeto… Es más, creo que es muy bueno; él sí que maneja muy bien la pluma, una pluma a lo mejor maquillada… Pero a mí no me gusta la dictadura, ni siquiera en las críticas de cine. Él escribe de una película para decir qué hay que ver y qué no.

Pero, ¿tú crees que aquí en España se hace caso a los críticos?

Bueno, yo leo las críticas. No es que les haga caso, pero las leo. A mí, por ejemplo, me pone de mala leche que se ponga a parir sistemáticamente el cine comercial. Para mí hay películas taquilleras que son obras maestras. Parece ser que las películas de autor son aquellas a las que hay que poner bien…

¿Tú nunca has hecho crítica en tus espacios cinematográficos?

No, no, no…

Sé que no te gusta que te llamen “periodista”, pero sí has hecho entrevistas sobre cine…

Sí, pero es que yo no soy periodista, aunque esté rodeado todos los días de periodistas que no han hecho la carrera. Hay periodistas que han hecho la carrera y son espléndidos y otros que no. No sé, a lo mejor porque soy un osado, o porque no creo en las dictaduras profesionales, se me ha permitido entrevistar para televisión a gente como Kevin Costner, Robert Duvall, Charlize Theron… Yo al entrar a mis entrevistas siempre he advertido que no soy periodista, sino artista, e intento hacer una charla pensando en eso que algunos también desprecian: la masa o el pueblo. Pero es que el pueblo es el que vota, es el que va al cine. Por cierto, agradezco mucho a Universal, Paramount, Warner y Filmax que me faciliten hacer esas entrevistas. Para mí es un orgasmo.

¿Cuál el mayor orgasmo-entrevista que has tenido?

Coppola y Charlize Theron. Aparte, no ya de entrevistarles, sino de estar con ellos, muchos otros. Por ejemplo, cuando tenía quince años conocí a Visconti, que estaba en silla de ruedas y creo que acababa de terminar Confidencias. Estuve con él diez minutos gracias a un amiguete, el prestigioso fotógrafo Angelo Frontoni. Me firmó un póster original de Muerte en Venencia. No sé, hay gente a la que le pone estar con Figo o con Zidane, y a mí me pone estar con Visconti.

Pero tú has estado con mucha más gente.

Sí, por ejemplo con Jane Fonda estuve paseando a su perro enfrente del Hotel Ritz. Yo vengo de una familia humilde y jamás me pude imaginar que iba a estar con gente a la que admiraba. Estamos hablando de internacionales, pero también podríamos hablar de los españoles…

¿Es porque siempre has tenido mucha cara, Enrique?

No, primero por temas profesionales y luego por amistades del medio o porque he coincidido con ellos en eventos. Por ejemplo, yo estaba en Venezuela, en Radio Caracas Televisión, con un éxito tremendo, y en uno de los programas estuvieron invitadas Elizabeth Taylor, Farrah Fawcett y Anjelica Huston. Vas coincidiendo profesionalmente. A mí siempre me ha gustado estar rodeado de esta gente porque mi pasión, como ya he dicho, es el cine.

 

“Conocí a Paul Newman meando”

¿Has aprendido con ellos?

Hombre, podría escribir varios libros. Eso sí, nunca revelaría cosas que me han contado en momentos determinados porque sería un canalla… En una ocasión estuve invitado a los Oscar y, en un corte de publicidad, me fui a mear y conocí a Paul Newman, que estaba también meando. Estábamos cada uno con nuestros correspondientes aparatos en la mano, le miré y él me preguntó que de dónde era. Le dije que de España y él me dijo “My name is Paul”. Y le dije, “ya, claro, Newman”.

¿Y no se te cae el mito en ese momento?

Mira, si hay algo que no quiere perder nunca es la admiración. Mira que he estado veces con Verónica Forqué, con Toni Leblanc, con Almodóvar, Banderas… Y siento una profunda admiración por ellos. Creo que el gran problema de España es que no nos admiramos los unos a los otros.

Si me permites me gustaría decir que no solo sientes admiración por la gente conocida, sino también mucho respeto por otros nombres ya olvidados. Recuerdo ahora mismo a Aldo Sambrell, por ejemplo.

Sí, claro. En el caso de Aldo, por ejemplo, yo lo que creo es que España tiene que hacerle un homenaje pero ya. Él como un Ernest Borgnine español. Es uno de los grandes secundarios y ha trabajado con todos los grandes: Clint Eastwood, Kirk Douglas… Podemos hablar también de Paul Naschy, por ejemplo, con el que coincidí en un homenaje en Nueva York en el que había colas y colas de personas. Pero España tiene el cáncer del olvido y de la no admiración.

Tú que trabajas en televisión, ¿no se le hace mucho daño a ciertos actores desde algunos programas? Pongo ahora el caso de Andrés Pajares.

Tú sabes que yo hablo muy claro. Hay dos casos que me parecen muy injustos y son los de Alfredo Landa y Andrés Pajares, a los que se les ha maltratado mucho por las comedias que hicieron en su época. Yo a Andrés le admiro profundamente, es uno de los grandes, pero tengo que reconocer que, en ciertas actitudes televisivas, él ha sido su propio enemigo. Y lo digo con el enorme cariño que le tengo, porque, además, en un momento difícil mío él me echó una mano a través de su mánager. Pero su imagen se ha visto alterada por todo lo que ha pasado con su familia…

Pero, ¿por cometer un error, uno tiene que cargar con la cruz para siempre?

No, no, es que si empezamos a ser rencorosos en eso… Hombre, hay un caso, el de la gran Lola Gaos, que se enfrentó a la dictadura y luego en democracia fue vetada. Ahora muchas compañeras tienen amnesia… Pero, aparte de esto, es que en este país te quieren etiquetar. Hasta que López Vázquez no hizo cine con Saura parecía que no era un gran actor. Y siempre lo fue. Por ejemplo, yo no sé por qué a Lina Morgan no se le ofrece un papel dramático cuando ella es como Shirley McLaine. A mí tú, por ejemplo, también me quieres etiquetar con la pregunta que mas hecho al principio…

No, no, cuidado, que en esa pregunta no tiene por qué estar implícita mi opinión.

Ya… Es que la frivolidad también tiene que tener un hueco en esta profesión. Hay cosas que no me han gustado de lo que hecho, pero hay que comer a final de mes, ¿eh? Pero, claro, ya me gustaría trabajar más en cine o en obras de teatro, pero si no me lo ofrecen…

¿Te han ofrecido papeles que has rechazado?

Sí, ahora me han ofrecido uno pero no me hacía mucha gracia. Por respeto a la persona que me la ha ofrecido no te voy a decir el nombre. Es que era una película sobre un caso verídico de un homosexual asesinado, pero toda la película eran escenas de penetraciones, etcétera. Creo que se estaba equivocando de camino porque parecía una película frívolamente porno. Por otro lado me han propuesto hacer de Lorca, pero es que lo que quieren contar es otra vez lo mismo.

¿Qué te parece el cine español?

Yo lo defiendo, pero creo que no se buscan los nuevos talentos, no se apoya demasiado a la gente joven… Creo que hay muy buenos guionistas, pero estamos empeñados en seguir haciendo temáticas muy peninsulares: guerra civil, comedia “tipical spanish”… Creo que el español tiene que saber que hay que hacer cine comercial y que, el dinero que se coja de aquí, se invierta en hacer otro cine de autor. Por otro lado creo que hay un cáncer de egos y que lo que hay que montar son buenos equipos, como ya se comienza a hacer en televisión.

¿Y tú que trabajas en televisión cómo me explicas el que no se le dé más cancha a los actores y directores? Yo hace tiempo que no veo entrevistas en prime time a actores…

Aquí vamos a entrar en polémicas. Se critica mucho el mundo del corazón, de la frivolidad, pero la gente tenemos tantos problemas que, cuando llegamos a casa queremos ver las miserias de los demás o lo que sea… Pero yo he visto en programas del corazón entrevistas maravillosas a Geraldine Chaplin o a Victoria Abril…

Hace mucho, ¿no?

Bueno, no sé, pero se ha visto en La dolce vita o en La noria

¿Para hablar de cine?

Para hablar de todo. Vamos a ver, el cine no es solamente las películas. Nos interesan también las biografías y queremos saber algo de las vidas personales, de las anécdotas… ¡No seamos todos jesuitas! No es que yo vaya a defender a muerte los programas del corazón, pero si quieres ver cine tienes canales temáticos. De todos modos, yo creo que Telecinco, Antena 3 y TVE tendrían la obligación de tener al menos un programa de cine, pero, claro, en prime-time resulta que nadie lo ve.

¿A ti te gustaría tener un programa de estas características?

Sí, claro, pero ahora hay que ponerse en lugar del director o del presidente de esa televisión. Si para tener una película te guste o no te guste, de Harry Potter, por ejemplo, tienes que pagar doscientos millones de pesetas por dos pases, eso cómo se gana, pues a base de publicidad. Y los publicistas quieren programas que tengan audiencia. Esto la gente tiene que entenderlo.

¿Por qué una película con personajes televisivos, y hay un par de casos, no tienen éxito?

Bueno, no sé… Si yo fuera director me plantearía por qué no puede, por ejemplo, Cantizano o Susana Griso hacer una película. Esa es la gran diferencia entre España, Francia, Italia o incluso Estados Unidos: que no son tan racistas en este sentido. Míriam Díaz Aroca cuenta que, cuando la llama Pedro Almodóvar, se sorprendió muchísimo. ¡Olé los cojones de Almodóvar! A mí hace tres años me propusieron volver al teatro e hice Los chicos de la banda con Manuel Bandera. Estuve seis meses de gira haciendo el papel del malo.

 

“He tenido que bailar con la más fea y con la más guapa”

 

¿No eres tan malo como pareces?

Yo he tenido que bailar con la más fea y con la más guapa. No me dejo manipular nunca, pero algunas veces tienes que entrar en un circuito en el que eres un instrumento del director de orquesta, que te dice “en este programa hay que dar mucha caña, hay que gritar y hay que discutir”. Y yo soy un funcionario de mi profesión y esto no quiere decir que me prostituya, porque lo he podido hacer y no lo he hecho.

Bueno, hablemos de cine y de mitos. Ursula Andress.

Muy amiga mía. Está estupenda. Ahora, Ursula, que se puede permitir el lujo de hacer lo que quiera porque no necesita el dinero, actualmente hace pequeñas incursiones en el cine.

A los mitómanos de Ursula les dará envidia sana saber que comes con ella.

Estoy con ella muchas veces. Es una tía estupenda, adora España y sus grandes vicios son el jamón y el chorizo. ¿Quién me iba a decir que aquella actriz maravillosa a la que yo admiraba de pequeño iba a ser amiga mía? Pero también es amiga mía Maria Schneider. La última vez que vino Maria aquí se le metió en la cabeza visitar Las Ventas, pero estaba cerrada la plaza y le conseguí que la abrieran. Cuando voy a casa de Ursula ella quiere que nos quedemos todo el día allí, pero algunas veces le digo que salgamos. Un día me invitó a una cena y cuando llegamos al restaurante, le dije cariñosamente: “figlia di putana”. Y es que la cena era con George Clooney, Brad Pitt, Catherine Zeta-Jones y Julia Roberts. Estaban rodando Ocean’s twelve (2004). Y Ursula no me lo había dicho. Y es que ella tiene una casa en Los Ángeles que es vecina de Clooney.

¿Y qué se habló en esa cena?

Pues, mira, se habló de temas de hijos, de proyectos… Hablaron, por ejemplo, de un proyecto que yo ya conocía. Por una serie de circunstancias pude conocer en Londres a Madonna, que nos dijo a mi acompañante y a mí que quería llevar al cine una nueva versión de La reina Cristina de Suecia, que hizo Greta Garbo. Y en esa cena en Italia volví a oír de aquel proyecto, porque parece ser que a Catherine Zeta-Jones se lo habían propuesto. Por su parte, Clooney habla mucho de béisbol. Y de Pitt te puedo decir que es feo en cine. En la realidad es mucho más guapo. Julia Robert, sin embargo, es guapa, pero la cámara la quiere. De todos modos también me lo ha pasado bien con los españoles. Con Penélope Cruz, por ejemplo. Yo me pongo de muy mala leche cuando critican a Penélope Cruz. Los que dicen que es mala actriz es que no han visto Hable con ella o Non ti muovere, hablando en italiano. En Francia admiran a su gente y aquí ponemos a parir los nuestros.

¿Te veremos en cine alguna vez con un papel más largo?

Buscar lo busco todos los días, lo que pasa es que la etiqueta está. Además creo que desde fuera se me ve con un intruso. Pero estoy seguro de que va a aparecer algún día un director joven para contratar a este abuelo.

Entrevista por José Manuel Serrano Cueto.

Fotos de Enrique del Pozo.

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